domingo, 20 de marzo de 2011

Luis Tomasello

Luis Tomasello
por Dra. María de las Mercedes Reitano

Luis Tomasello nace en La Plata, Argentina  en el 1915. Estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredon y luego en la Escuela Superior de Pintura Ernesto de la Cárcova en Buenos Aires.
Trabaja la figuración hasta 1950, el año siguiente realiza sus primeras estadía en Europa donde aborda la abstracción geométrica.
En 1957 se instala definitivamente en París, allí conoce las obras de Piet Mondrian y realiza sus primeras experiencias cinéticas bidimensionales en el plano, utilizando, en general, el cuadrado como elemento de composición.
Poco después, este cuadrado en el espacio se transformó en cubo y de allí surge la composición matemática.
"Aplico la lección de Mondrian: con lo mínimo hacer lo máximo. Mis objetos plásticos, o atmósferas cromoplásticas, unen en un solo lenguaje la escultura y la pintura, y permiten su integración en la arquitectura."  Tomasello construye sus relieves razonadamente, colocando pequeños cuerpos geométricos estructurados matemáticamente sobre una superficie cuadrada o rectangular. La repetición seriada impide aislar individualmente los elementos llevándonos a una lectura integral de la obra. Esta rigurosidad estructural, basada en relaciones ortogonales se aliviana y desmaterializa por una atmósfera lumínica de gran iridiscencia. La incandescencia coloreada de sus relieves es tan tenue que a veces se sitúa en los límites de lo perceptible, creando una trama rítmica de luces y sombras impalpables, entrelazadas con abstracto rigor matemático.
"...mientras Monet fijó el momento para siempre , en mis cuadros, que han de vivir en contacto con la luz, nada está detenido; ellos actúan de una manera vital y concreta..."
"Mi deseo", continúa Tomasello, "es el de llegar a lo esencial, a lo espiritual, más allá de la complejidad de lo real. Es la búsqueda de un principio universal (...)" llegar a la misteriosa simplicidad, a la poesía.
Aferrado a la solidez de la materia que manipula, consciente de la multiplicidad de lo real, colorea los elementos que crean el carácter tridimensional de la obra.
Para Tomasello la aventura arquitectónica comienza en 1971 con la realización de un gran mural cromoplástico en una pared de un edificio en Guadalajara, México. En sus trabajos de integración con la arquitectura, que continuó realizando en otros, lugares del mundo tales como Francia y Marruecos, utiliza la sombra proyectada y la luz con el mismo virtuosismo que en sus telas.
"Mi pintura no es matemática. En el interior de este pensamiento de construcción de formas, estructuras, organizaciones generalmente cuadradas, hay movimientos, deslizamientos, tensiones, campos de fuerza y equilibrio de colores y la luz que dependen del azar, de la sensibilidad. De la naturaleza."
Tomasello es un operador de la luz, natural o artificial. Su función, transformada en personaje fundamental de la obra, hace de esta última un objeto en permanente transformación. El movimiento nace sólo desde el punto de vista del espectador sino también y principalmente de la intensidad de la luz y de su traslación.
Invitación a la meditación y a la calma, a la armonía y al equilibrio, son las constantes dicen su obra, sean sobre tela, madera o sobre el muro.  

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